Mientras la práctica totalidad de la blogosfera ubuntera está dando la noticia de que va a salir en breve el lanzamiento oficial de Ubuntu 9.10 Karmic Koala, yo prefiero detenerme a valorar lo que ha dado de sí la anterior versión, Jaunty Jackalope.
Y es que no se puede saber cómo va algo tan complejo como una distribución GNU/Linux sin probarla a fondo durante un tiempo. Yo lo tuve casi claro ya la primera semana desde su instalación: es la mejor versión de Ubuntu que he instalado en los dos ordenadores de que dispongo, eso sí, a la espera de ver qué ofrece nuestro nuevo amigo, el Koala.
Los puntos en que he notado mejoras en ambos ordenadores -portátil y sobremesa- son:
- Rapidez en el arranque. En el ordenador de sobremesa he logrado tener listo el equipo para funcionar en 59 segundos. Con Windows XP, sin tener el inicio cargado, me tarda 1 minuto y 22 segundos. En estos tiempos están descontados los tiempos de carga de la BIOS y el que se tarda en poner la contraseña. Y con estar listo, me refiero a que puedas abrir un programa y que ya se pueda usar.
- Mejoras gráficas. No hay problemas de ningún tipo en el arranque de X Window. Lo he notado especialmente en el de sobremesa, con su problemática tarjeta gráfica integrada, de chip Ati. También puedo activar los efectos visuales básicos sin que el portátil sude lo que sudaba con 7.10, aunque en ese sentido en el sobremesa aún persisten problemas.
- Red inalámbrica. El portátil, sin novedad. En cuanto al sobremesa, ya os hablé de mi tarjeta wifi, y de lo que me costó encontrar una compatible con GNU/Linux. No volví a actualizar aquella entrada con más información, pero tuve problemas con Ubuntu Studio, en forma de caídas inesperadas, aunque con Intrepid Ibex -la versión normal, no la Studio- ya empezó a funcionar como es debido, y con Jaunty no he tenido ningún problema.
- Hace muy poco, fruto quizá de una de las actualizaciones, hice funcionar correctamente mi viejo escáner Acer. Tengo pendiente escribir una entrada sobre ello.
- Las aplicaciones musicales que he probado, que fueron en principio, mi objetivo cuando decidí probar Ubuntu, han ido mejorando a cada actualización, pero esas mejoras prefiero ir desgranándolas poco a poco.
Aún queda mucho por mejorar. Por ejemplo, no sé qué pasó con la impresora -y me queda averiguar todavía la causa- que con los mismos ajustes que en Intrepid, en Jaunty me imprime de pena. Y la misma impresora va bien en en sistema de Microsoft, con sus drivers, así que no es cosa de la máquina. Por otro lado, las aplicaciones de Windows a través de Wine todavía necesitan un buen repaso, y hay algunas cuestiones relacionadas con el sonido que no van bien del todo.
Pero no me preocupa demasiado, porque hay grandes alternativas libres a casi todo lo que necesito usar en un ordenador con Ubuntu corriendo, y si no, me siento completamente libre de reiniciar al lado oscuro del PC, pues de eso se trata precisamente, de la libertad de poder hacerlo... ¿O no?