Al final decidí cambiar la placa base (y el procesador) de la torre del ordenador del estudio. No parecía tener arreglo, y aún teniéndolo, seguro que me hubiera costado más que lo que me costó el hardware en su día. Y como no me quedé contento del todo con esta máquina (amd64), definitivamente cambiaré también de marca, concretamente a Intel.
Esta tarde o mañana a más tardar la recojo, aunque todavía no sé cuando voy a montarla. Pero aunque esta misma tarde la montara, me quedaría mucho trabajo por delante para tener el PC en condiciones de trabajar en el home studio, así que he ideado una solución temporal hasta que esté a punto: he integrado el portátil familiar OKI (con el permiso de mi esposa, por supuesto) en el estudio.